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Coaching de familia

Coaching de familia
22 / octubre / 2020

El coaching de familias en edades tempranas también es necesario

La preparación para el parto forma parte del proceso habitual de preparación para la llegada de un nuevo miembro de la familia.

En esas clases preparatorias nos suelen hablar de los cambios en la mamá durante el embarazo, de los momentos previos al parto, de las horas inmediatamente posteriores al mismo y de las pruebas y controles médicos que el bebé tendrá en los primeros meses y días.

Sin embargo es inusual que en esta preparación se incluyan elementos que expliquen el desarrollo del niño desde una perspectiva afectiva, emocional o conductual.

El problema del coaching de familia

  • ¿Quién nos explicó que nuestro bebé no querría comer o dormir, o que nos necesitaría en todo momento para que le acompañáramos en sus juegos?
  • ¿Sabíamos que exiten las rabietas evolutivas y las conductas disruptivas, que el niño tiraría las cosas, que sería capaz de pegarnos o de pegarse a sí mismo?
  • ¿Alguien nos explicó cómo habría que retirar el pañal al niño, para que esté listo para acceder a la segunda etapa de educación infantil siendo capaz de mantenerse seco y limpio durante toda su jornada?

Estas y algunas otras, son las dudas que forman parte de la consulta de psicología en la primera etapa de la educación infantil, aquella que nos lleva desde los 0 a los 3 años.

Un buen número de familias cuentan con recursos, afrontan estos retos desde una posición positiva, disfrutan de los pequeños avances que van consiguiendo y poco a poco se van adaptando al nuevo rol de ser padres.

Por otro lado hay otros núcleos familiares en los que se viven estos procesos adaptativos como dramas, como dificultades insalvables que tiñen de miedo y de incertidumbre el desarrollo de su bebé.

Para estas familias se han escrito libros de autoayuda, se destilan consejos y recomendaciones que llegan desde la familia extensa y los grupos de amigos, indudablemente todos ellos con la intención de resultar de ayuda, en ocasiones son útiles y consiguen apoyar y acompañar a los padres en su complicado papel.

En otras ocasiones se hace necesario el acompañamiento de un profesional de la psicología para poder afrontar estos cambios y generar espacios y momentos de crecimiento y de desarrollo familiar.

La perspectiva de “coaching” puede ser muy útil en estos momentos, los profesionales que se dedican a ello abordan las problemáticas de la primera infancia desde el convencimiento de que las capacidades de los padres están completas, de que son perfectamente capaces de abordar todas las metas y de alcanzar una sensación de capacidad y de empoderamiento por sí mismos.

¿De dónde viene la palabra “coaching”?

Lejos de la imagen que en los medios se pueda reproducir, el “coaching” no es un método de entrenamiento, ni el “coach” es un entrenador.

De hecho “coaching” etimológicamente proviene de una palabra de origen húngaro que podríamos traducir como carruaje, o coche.

El coaching es una metodología, una forma de acercarse a la persona y de acompañar a esta para que alcance sus metas y objetivos, se basa en el respeto a las fortalezas de la persona y su principal elemento de trabajo es la conversación.

A través de preguntas y de invitar a la reflexión y a la mejora continua se acompaña al cliente en un camino que persigue la excelencia y los resultados extraordinarios en el objetivo propuesto.

¿Cómo funciona el proceso de coaching familiar en estas edades?

Por ello es muy útil su aplicación en la mejora de las dificultades adaptativas y de ajuste que nos encontramos en esos primeros años de vida de los niños, que son cruciales.

Una gran parte de estos problemas que tenemos con los pequeños, sobre todo los que tienen que ver con las conductas inadecuadas, están íntimamente conectados con las emociones y con las conductas que emitimos los adultos como respuesta.

No se trata tan sólo de poner normas y límites, se trata sobre todo de ser conscientes de como interactúa con nosotros nuestro bebé y hasta qué punto está conectado socio-afectivamente con nosotros.

La metodología coaching puede ser muy útil para que aprendamos a parar, a observar, a cuestionarnos siempre de qué forma podemos mejorar en nuestra forma de relacionarnos con nuestros hijos, pero una vez que las personas encuentran su manera, se produce una generalización y conseguimos mejorar en todas las dinámicas del núcleo familiar principal, incluyendo la relación de pareja, que en muchas ocasiones se ver
descolocada por la llegada del bebé o por los problemas de ajuste del niño pequeño.

Artículo escrito por Jorge Bueno, pediatra de kidscare y Escuelas Infantiles Nemomarlin

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