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Verduras, hortalizas y frutas; consejos para una introducción segura.

Verduras, hortalizas y frutas; consejos para una introducción segura.
18 / octubre / 2023

A partir de los 6 meses, momento en que los bebés suelen estar listos para la introducción de alimentos sólidos (y no antes de los 4 meses, salvo que haya alguna contraindicación del/la pediatra), se abre la puerta a un mundo de sabores y texturas. Sin embargo, la transición de la leche materna o fórmula a los alimentos sólidos debe hacerse con precaución y bajo la supervisión atenta de un adulto para prevenir posibles atragantamientos.

Introducción Gradual y Segura:

Es fundamental introducir progresivamente una variedad de verduras, hortalizas y frutas en la dieta del bebé. La diversidad nutricional es clave para su desarrollo, y la textura y cocción adecuadas son igualmente importantes.

Desde las escuelas Nemomarlin y con ayuda de nuestro equipo nutricionista de Cesnut Nutrición, recomendamos comenzar con alternativas más seguras. Podemos empezar por ejemplo con manzana y zanahoria rallada, frutos secos en polvo o crema, aceitunas y uvas en trozos pequeños. Estas opciones permiten al bebé explorar diferentes sabores y desarrollar sus habilidades de masticación de manera segura.

Texturas y cocciones recomendadas:

Las primeras experiencias culinarias del bebé deben presentarse en formas que se adapten a su capacidad para masticar y tragar. Texturas como trocitos, rallado, polvo, y preparaciones en cocido y hervido son ideales para facilitar la transición de líquidos a sólidos.

Precauciones específicas:

Algunos alimentos deben evitarse o introducirse con precaución debido a riesgos específicos para los bebés. Las espinacas y acelgas, por ejemplo, se deben evitar hasta los 12 meses debido a su alto contenido en nitratos, los cuales pueden ser perjudiciales en edades tempranas.

Además, para prevenir el riesgo de asfixia, se debe evitar ofrecer frutos secos enteros, trozos grandes de manzana, uvas, aceitunas y cerezas. Optar por presentar estos alimentos en formas más seguras, como trocitos pequeños o en consistencias que faciliten la masticación, contribuirá a la seguridad del proceso de alimentación del bebé.

En conclusión, la introducción de verduras, hortalizas y frutas en la dieta de los bebés es un emocionante hito en su desarrollo. Con precaución, supervisión y elecciones alimenticias conscientes, se puede lograr una experiencia positiva que siente las bases para hábitos alimenticios saludables a lo largo de la vida del niño.

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